Empiezo una nueva clase de scrapbooking en La Garena, Alcalá de Henares, donde vivo. (Más información: aquí). En estas clases introducimos el inglés. Para empezar y para introducir el tema de la tarjetería, he creado estas tres tarjetas que utilizan un poquito de las técnica que más suelo utilizar:
1) envejecimiento (inking)
2) texturización (embossing)
3) sellado (stamping)
4) coloreado con lápices
5) "retalear" (utilización de todos los retales posibles -jeje)
6) y alguna cosita más
Os presento el resultado, sencillo y dulce, pero de todo el corazón. Todavía las estaremos trabajando en esta semana, en las dos clases que enseño junto a otra tarjeta de San Valentín (infinita) que os presentaré el miércoles.
1) Una tarjeta de sellado, coloreado sencillo con lápices de color, y capas.
2) Sellado con "masking", y aplicación de "die cuts" en relieve.
3) Embossing, inking, retales de papel en forma de patchwork y capas. Me encantan los retalitos, que aún que no se puedan apreciar mucho, tienen texturas con brillo.
Espero que os haya gustado. Hablando de belleza os dejo con un devocional precioso que he leído esta mañana. Me encanta apreciar la belleza en lo sencillo. De eso trata:
Empieza donde estés
Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos (Salmo 19:1).
Hoy me crucé con una pequeña flor púrpura que crecía solitaria en una pradera, la cual, citando la maravillosa frase del poeta Thomas Gray, «desperdiciaba su dulzura en el aire del desierto». Estoy seguro de que nadie la había visto antes y que quizá nadie la vuelva a ver. Pensé: ¿Por qué esta belleza en este lugar?
La naturaleza nunca está de más, ya que exhibe diariamente la verdad, la bondad y la hermosura de Aquel que la creó. Cada día, nos declara de forma novedosa y renovada la gloria de Dios. ¿Veo al Señor a través de esa belleza o simplemente la miro y sigo indiferente mi camino?
Nuestra respuesta puede ser alabanza, adoración y gratitud ante el brillo de un aciano, el esplendor de un amanecer, la simetría de un cierto árbol.
El escritor C. S. Lewis describe una caminata por el bosque durante un cálido día de verano. Acababa de preguntarle a su amigo cómo cultivar un corazón agradecido a Dios. Su compañero de excursión se dirigió a un arroyo cercano, se mojó la cara y las manos, y preguntó: «¿Por qué no empezar con esto?». Lewis dijo que allí aprendió un gran principio: «Empieza donde estés».
Una pequeña cascada, el viento en las hojas, un pequeño ruiseñor, una flor diminuta. ¿Qué tal si empezamos a dar gracias por estas cosas?
Señor, gracias porque tu belleza se refleja en la naturaleza.
«[Dios] es la belleza detrás de todo lo bello». Steve DeWitt
Señor, doy gracias por este ordenador, por las amigas que leen esta publicación, y una mente que te puede reconocer en todos mis caminos.
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