En estos días ya empezamos a pensar en las fiestas de Navidad, preparaciones para la cena, algún u otro regalo que tenemos que comprar, como e donde lo pasaremos, viajes, etc … la lista se hace interminable.
Sí, yo confieso que la fiebre de las fiestas me ataca por estas épocas. Soy la primera culpable en pasarse. Me encanta cocinar montones de cosas, invitar personas, comprar o hacer regalos, … pero esta mañana estuve pensando … ¿cómo quisiera Jesús que celebrara su cumpleaños?
Si pensamos bien, se trata del cumpleaños de Jesús. Me propuse a planear mis días de ahora hasta el día de Navidad con continuidad hasta Reyes. Con eso en mente. ¿Cómo puedo poner esto en práctica?
Primero, creo que lo que más le importa al Señor es que pasemos tiempo con Él. Me he propuesto tener tiempo para leer Su Libro, la Biblia, cada día con especial atención a la historia de su nacimiento. Lo que pasa es que ha veces que leemos pero no paramos a pensar en las implicaciones de lo que leemos en nuestras vidas.
Me he propuesto a hacerme preguntas tales como:
¿Qué quiere decirme Dios con este texto?
¿Qué quiere Dios que cambie?
Además de la lectura, quiero pasar tiempo oyéndole. Creo que Dios quiere hablarnos. Él quiere mostrarnos su voluntad a través de la Biblia, de las circunstancias, de los amigos… pero muchas veces estoy muy ocupada con MI vida para ponerle atención.
También quiero escribir mis oraciones para que cuando Él me conteste yo sepa agradecerle. Tenemos mala memoria. Estoy segura que estamos cercados de respuestas a nuestras oraciones y que hemos sido malagradecidos al Señor. Soy la primera culpable.
Así que quiero llegar al día de Navidad con una cajita de regalo que lleva el nombre de Jesús. En ella Él encontrará momentos que pudimos compartir, momentos que yo he actuado como Sus manos para ayudar a alguien necesitado, horas pasadas leyendo su Palabra y mi corazón vacio de mi misma, pero lleno de Él, que es la razón de mi vida.
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