Tengo que empezar por decir que Priscila es una de mis favoritas de las "Mujeres Extraordinárias". Hoy en día, en el mundo cristiano, se habla mucho de la importancia de que tengamos mentores en nuestras vidas. Esto es, personas con más experiencia en las cuales podamos reflejarnos, a las cuales podamos imitar y aprender. Yo la he adoptado como mi mentora histórica.
Lo interesante es que ella es mencionada solamente 5 veces en la Biblia, muy brevemente en cada ocasión. Antes de leer lo que escribo, recomiendo que leas las menciones: Hechos 18:2, Hechos 18:18, Hechos 18:19, Hechos 18:26 y Romanos 16:3.
Cosas que he aprendido de esta mujer extraordinaria:
1) Era un equipo con su marido: en todas las ocasiones, es mencionada con su marido. Hacían un equipo activo tanto en el ministerio como en la vida laboral. Eran hacedores de tiendas. Creo que estaban juntos casi todo el tiempo. Era notorio que juntos eran más fuertes que por separados. Siempre digo a quienes buscan pareja: para saber si una relación vale la pena, hay que ver que sois más fuertes juntos que sumando vuestras fuerzas por separado. En otras palabras, esta relación tiene que sacar lo mejor que llevas dentro. El tal decir, “me gusto a mi misma cuando estoy contigo”. Yo creo que eso pasaba con ellos …
2) Ella era una mujer de iniciativa: ¿cómo puedo saber eso en tan poca mención? Bueno, es una conclusión un poco relativa pero me la permito en esta ocasión. En tres de las 5 veces, le mencionan a ella primeramente. De esto concluyo que ella no era una parte pasiva de esta pareja, era tan o más activa que él. Estaba involucrada en todo y lo hacía bien.
3) Era una amiga fiel: Pablo menciona que fueron amigos fieles. Pablo era un hombre buscado por la ley del momento. Aún así, ellos le extendieron su amistad y ayuda. Por un tiempo trabajaron juntos haciendo tiendas. Después le acompañaron en alguno de sus viajes. Pablo sabía que podía contar con su fiel amiga Priscila, y su marido Aquila.
4) Muy sabia y dispuesta a enseñar: un día le vieron a Apolos, un elocuente hombre que enseñaba las escrituras. Viendo que no entendía algunos puntos muy importantes del mensaje del Evangelio, le tomaron a parte (juntos, de nuevo) y le explicaron las escrituras correctamente. Ellos no podían pasar de una persona, si la podían ayudar de alguna manera.
5) Hospitalaria: Priscila, junto a su marido, abrieron las puertas de su casa para que la gente se reuniese allá. Pablo, en Romanos, saluda a la iglesia que se reunía en la casa de ellos. Yo la puedo imaginar abriendo la puerta de su casa a todos que necesitaban ser enseñados. También les veo como pareja, ayudando a los necesitados y blindando su amistad como le hicieron a Pablo, sin reservas.
Por todo eso me inspira Priscila. Una mujer más allá de su tiempo, que usó sus talentos, su tiempo para servir a otros. Seguramente no era perfecta, tenía defectos, pero sus buenas obras hablaron más alto y aún hoy siguen inspirando a muchas como yo. Otra mujer tocada por la mano de Jesús.
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