Durante nuestra semana de Scrap n Chat hace dos semanas vimos algunas mujeres de la Biblia, con sus talentos, cosas positivas y sus defectos. Aún así fueron hechas dignas de mención en la Biblia.
Nuestro deseo fue de aprender de sus vidas algo para hacer de nosotros las mujeres extraordinarias que podemos ser. Creo que es posible, a pesar de nuestras imperfecciones, llegar al potencial que Dios tenía en mente cuando nos creo. Nada en nosotros es por acaso.
La primera mujer que vimos, o sea, mujeres, fueron Marta y María. La Biblia nos muestra que eran hermanas y tenían un otro hermano llamado Lázaro. A mí me parece (puedo estar equivocada) que Marta era la mayor porque una vez cuando Jesús llegó en su aldea, ella fue la que le invitó a su casa. Era una mujer muy hospitalaria y vía eso como su manera de servir. Lo único es que a la vez juzgaba a los otros que no tenían las mismas prioridades, como fue el caso de su hermana María.
María por su vez, al saber que Jesús estaba en su casa, no pudo contenerse, y lo único que quería era quedarse a los pies de Jesús oyendo las enseñanzas que impartía.
Marta va a Jesús y le dice, “¿No te importa que yo esté trabajando sola y me hermana allí sentada oyéndote?” Algunas de nosotras, y yo me incluyo, podríamos dar la razón a Marta que quería todo controlado y perfecto. Lo más importante es hacer muchas cosas, ¿correcto? Pues no, de acuerdo con Jesús no es así. Él le contestó: “Marta, estás afanada con muchas cosas, María ha escogido lo más importante, y eso, no le será quitado.”
Cuando leí los pasajes bíblicos que mencionan a estas hermanas, en su casa y en la resurrección de su hermana Lázaro, le veo a Marta muy afanada y siempre cobrando una postura de Jesús. En la ocasión en que muere su hermano, le dice: “Jesús, si estuvieras aquí, eso no había pasado!” Su corazón no entendía los caminos de Jesús.
¿Está mal ser como Marta? No, el mundo necesita de Martas trabajadoras. Pero las prioridades tienen que tener su lugar correcto. Las buenas obras de nuestras manos deben de ser fruto de pasar tiempo con el Señor, como María. Primero “sentarse a los pies de Jesús” después actuar. Solamente así sabremos lo que está en Su corazón, qué desea que hagamos, cuando y cuanto.
Alguien me dijo un día que si uno está estresado en esta vida es porque está tratando de abarcar más de lo que debes. Dios nos ha dado a todos 24 horas al día, y espera que en las horas de actividad le sirvamos… no nos va a pedir más de lo que podemos en estas horas. Hay que revisar constantemente nuestras agendas y preguntarnos:
¿Estoy pasando tiempo con el Señor a diario primeramente?
¿Estoy pasando tiempo con mi familia, padres, etc?
¿Estoy dedicando tiempo suficiente a mis hijos?
¿Estoy dedicando tiempo a mi pareja?
¿Estoy sirviendo a mi semejante?
Estas son las prioridades de nuestra vida como mujeres. Que podamos empezar como María a los pies de Jesús y transformarnos en unas Martas que cambian el mundo con el toque de sus manos.
Si sientes que todavía no estás donde debrías estar, pues estás en buena compañia, ... la mia por lo menos :) ... pero siempre es buena hora para empezar ...¡ánimo!
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