El fruto

Una de mis resoluciones para el nuevo año fue de leer la Biblia en un año. Hay páginas de web que ofrecen planes para que leas algo de cada parte de la Biblia a diario. Tengo que decir que hasta ahora lo estoy llevando a cabo.

No es mérito mio, la Biblia es un libro que cuanto más lo lees, más quieres leerla. Me gusta siempre de decir que cuando leo la Biblia, la Biblia me lee a mi. No sé si este pensamiento es muy claro (lo es para mí), pero para explicarlo, cuando la leo Dios me muestra las cosas buenas y malas que tengo en mi. Me motiva a continuar siguiendo los buenos caminos y me corrige cuando voy por atajos no deseados.

Una de las cosas que me ha llamado la atención por varias veces seguidas estos días es con relación al fruto de mi vida. Seguramente habéis leído o oído Jesús enseñar que un buen árbol no puede dar malos frutos, así como un árbol malo no puede dar buenos frutos. Al leer algunos pensamientos relacionados con estos en la Biblia, he estado evaluando mi vida. He estado mirando el fruto de vida. ¿Qué fruto lleva mi vida? Si no lleva, ¿que puedo hacer para que lleve el buen fruto?

Con esta entrada más que dar respuestas quiero dejar preguntas. Esta es una pregunta que como humanos debemos constantemente hacernos. Ahora, ¿cómo puede uno empezar a dar buenos frutos?

Os dejo una otra perla que he leído esta semana. Está en Salmos 32:8:

"Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar."

Total dependencia del Señor, en esto se resume esto. Pido al Señor que pueda dar buen fruto e aprender a cada día a reconocer el camino que el Señor pone delante de mí. Lo que pido es que yo siempre esté sintonizada para oír sus direcciones. Esto depende de mí, de buscarle con todo mi corazón y querer oírle.

Si quieres, como yo, aprender de la Biblia, recomiendo que la leas. La página de web que ofrece este plan de lectura es

http://www.licoc.org/TBS/EneroBibliaIndex.htm

Hay también planes en http://www.biblia.es/

Puedes también leer por tu cuenta. Empieza a leer la vida de Jesús en los Evangelios. Puedes leer un par de capítulos al día juntamente con un capítulo del libro de Salmos (cancionero del pueblo de Israel, poesía pura del amor a Dios) y uno de Proverbios (pensamientos sabios para todas las facetas de la vida). Seguro que tu corazón se sintonizará con Dios y empezarás a "oír" Sus direcciones.